La Semana Santa, en los centros escolares, es sinónimo de vacaciones, pero también puede ser una gran oportunidad para aprovechar el descanso y poner en marcha acciones interesantes, tanto educativas como de fe y reflexión. Iniciativas que nos ayuden en el crecimiento personal y a ver lo que tenemos a nuestro alrededor.
Reflexión. La Semana Santa nos da la oportunidad de hacer un alto en el camino, observar nuestro desarrollo como personas y reflexionar en torno a lo que aportamos a la sociedad.
Familia. Son días –y más en este tiempo de pandemia- para ahondar en la familia, para permanecer unidos, fomentar el diálogo familiar y llevar a cabo diferentes actividades –juegos, comida, manualidades…- todos juntos.
Cultura y naturaleza. El confinamiento perimetral nos puede ayudar a conocer mejor nuestro entorno y hacer planes culturales (los museos son una gran opción) o a llevar a cabo salidas a la naturaleza.
Lectura. No solo como recomendación educativa, necesaria para avanzar en los estudios. La lectura también ayuda a descansar, a eliminar la ansiedad, a reflexionar…