Pedagogía de la Confianza, o cómo dejar que cada niño se desarrolle a su ritmo

La Ikastola Bera Kruz de Markina Xemein implanta este innovador modelo educativo que garantiza el desarrollo personal de cada niño.

¿Todos los niños tienen el mismo ritmo? ¿Todos, la misma confianza? ¿Autonomía personal? La respuesta es evidente: no.  No hace falta investigar demasiado para comprender que cada niño se desarrolla, en su vida personal, de un modo diferente. ¿Y por qué en la escuela deben cumplir el mismo proceso? ¿Por qué deben avanzar al mismo ritmo?

Son las preguntas que se hizo Bera  Kruz Ikastola de Markina Xemein, de la red de Centros Diocesanos, y que les ha llevado a implantar en revolucionario modelo educativo que ha cambiado por completo las dinámicas de trabajo en Educación Infantil y primer ciclo de Primaria y que garantiza un desarrollo personal, un desarrollo autónomo, de cada uno de los niños. No solo eso, esta filosofía también mejora las competencias marcadas en el currículum escolar para estas edades. 

Este modelo educativo, denominado Pedagogía de la Confianza, parte de unas bases para trabajar los ritmos biológicos, la confianza de los niños –tanto su autoconfianza como la confianza en los educadores-, su adaptación al curso escolar, a los espacios y compañeros… En definitiva, que cada niño sea tal cual es. Los fundamentos de la Pedagogía de la Confianza trabajan a partir de los instintos de los niños (miedo, apego, vergüenza, timidez…) y aplican un proceso para despertar en ellos su autonomía, su curiosidad, sus sensaciones y pensamientos, sus deseos de acción, su confianza y, finalmente, su éxito.

El centro, ubicado en parte de un antiguo convento del siglo XVI en el centro de Markina Xemein, ya ha comenzado un proceso de cambio arquitectónico que le llevará a implantar de forma definitiva esta filosofía educativa. Porque los espacios son fundamentales para otorgar a cada niño el ritmo que necesita.

Así, este nuevo espacio, diáfano, acogerá a todos los niños de 0 a 6 años y contará en su interior con estructuras en tres dimensiones que posibilitarán pasar del espacio físico al mental. “La mente del niño se desarrolla en tres dimensiones. Por eso preparamos el edificio empezando por el interés para llegar a la inteligencia”, explica Idoia Ventura, profesora de Bera Kruz Ikastola

Así, estas construcciones, muy atractivas para los niños, darán pie al trabajo en esa autonomía con los elementos necesarios para que los niños quiten los miedos, la vergüenza, la timidez… y despierten la curiosidad, su deseo de acción.

También un ‘imaginarium’ permitirá a los niños desconectar y descansar en el momento que lo desee, necesario para generar la confianza adecuada. Libertad, autonomía, ritmos propios, también con la siesta. Cada niño es libre para descansar en el momento que lo desee.

Esta gran nave educativa tendrá en cuenta las edades de los niños, pero dejará libertad a los pequeños para mezclarse, porque, en definitiva, un niños de 3 años puede sentirse más a gusto con los compañeros de 4, o viceversa.  En el caso de la guardería de 0 a 1 año, situada en el piso de abajo, un gran tobogán, además de un árbol, enlazará con el piso superior.

La pedagogía de la Confianza también incide en los horarios, por ejemplo. Así, cada familia tiene libertad para entregar a sus pequeños entre las 9:30 y las 10:00 h, de modo que el recibimiento por parte de la andereño sea específico a cada niño, y, de modo, también, que los padres o familiares puedan acompañar a sus hijos en ese momento de apego/desapego a la llegada a la ikastola.  De hecho, cualquier familiar puede acudir a la ikastola a pasar un rato con los niños y trabajar con ellos.

Pedagogía y confianza se dan la mano para demostrar que los más pequeños avanzan más y mejor a su propio ritmo.

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