Los centros EBI superan con nota un curso especialmente difícil

Los centros EBI han superado con nota un curso especialmente difícil, marcado por las mascarillas, por los grupos burbuja y las distancias.

Gracias a unos estrictos protocolos y la colaboración de toda la comunidad educativa, el aprendizaje, la educación de chicos y chicas, ha mantenido su curso. No solo eso. El alumnado ha dado una gran lección de responsabilidad.

Tanto en las aulas, como los patios o el comedor. Ha habido que adaptar espacios para proteger, así, al alumnado y a las familias ante la pandemia y, con ello, adecuar, también, espacios de trabajo, metodologías y modos de aprendizaje.

Aunque sin perder la esencia educativa de la red EBI, innovadora, activa, cercana al alumnado y a sus familias.

Durante estos meses, la gestión emocional, el trato, la acogida, la cercanía a las familias y al alumnado por parte de maisus y andereños ha sido, pues, fundamental para avanzar en el desarrollo educativo.

A partir de ahí, y pesar de las muchas dificultades, los centros EBI han mostrado su labor educativa de muchas maneras. Educación en valores, siempre presente, programas científicos avanzados, con la participación en la First Lego League o la Zientzia Azoka, entre otros muchos.  

Proyectos que traspasan fronteras como el Corredor vasco del Hidrógeno o el proyecto SAAM para llevar la formación profesional a África e iniciativas para cuidar el entorno de nuestros centros educativos.

Sin olvidar el euskera y la cultura euskaldun como base educativa, o la atención personalizada a los niños y niñas más pequeños, que han marcado un reto nunca antes visto.

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