- Ha recibido el premio esta mañana de la mano del consejero de Educación, Jokin Bildarratz.
- El innovador modelo pedagógico permite que el alumnado de 3º de ESO busque soluciones reales a problemas reales a través de la ciencia y la tecnología, además de integrar el resto de asignaturas.
- El alumnado, incluso, reproduce una empresa con la que sacar al mercado la solución tecnológica.
BILBAO, 18 de noviembre de 2020. La ikastola Artxandape de Bilbao ha recibido esta mañana el premio STEAM Euskadi Saria al proyecto más innovador gracias la creación e integración en sus aulas de una novedosa metodología que convierte las asignaturas en profesiones y posibilita, así, que el alumnado busque soluciones a problemas reales a través de las diferentes competencias integradas en el currículum.
La ikastola bilbaína ha competido con otros 133 proyectos innovadores presentados por colegios, universidades y asociaciones y recibe el premio, en la categoría de centros educativos no universitarios, que reconoce las mejores prácticas en educación científica-tecnológica.
El premio pone, así, en valor el trabajo del profesorado y del alumnado de la ikastola en torno a las ciencias STEAM (ciencia, tecnología, ingeniería, arte y matemáticas, por sus siglas en inglés). La entrega de premios ha tenido lugar esta mañana en el Archivo Histórico de Euskadi con la presencia del consejero de Educación, Jokin Bildarratz.
Concebido por el equipo de profesores de Secundaria, el nuevo proyecto metodológico, denominado ‘Neuronak mArtxan’, surge de la necesidad de motivar al alumnado y generar un aprendizaje práctico, que implique a los chicos y chicas y les haga ver la utilidad de los contenidos que aprenden en cada asignatura. El proyecto educativo se lleva a cabo, en concreto, en 3º de ESO durante el último trimestre del curso escolar.
Crean una empresa
Así, el modelo pedagógico concibe un tópico, una temática general, del que el alumnado tendrá que buscar problemas reales para, al mismo tiempo, encontrar soluciones reales por medio de la tecnología. Ello le llevará a generar un prototipo, e, incluso, a crear una empresa.
Por ejemplo, entre los últimos temas planteados, el hogar, el alumnado, organizado por equipos de cinco chicos y chicas, fijó problemas y encontró soluciones para que el grifo se cierre automáticamente para evitar el despilfarro de agua o, incluso, tendederos automáticos que se extienden cuando empieza a llover. La solución llegó por medio de la imaginación y la tecnología robótica ‘arduino’.
Del mismo modo, encontraron soluciones para abrir contenedores de manera electrónica y ayudar a las personas discapacitadas, sistemas para evitar la caída de mascotas por la ventana o mecanismos para evitar el atropello de un niño si sale corriendo detrás de un balón, por citar algunos ejemplos.
A lo largo del trimestre, los equipos escolares deben aplicar las materias planteadas en el currículum para su curso al proyecto que desarrollan. Así, deberán buscar una solución tecnológica al problema, con lo que aplican las matemáticas, la física, la estadística, y, contextualizarlo y comprobar si es un problema real –donde entran las ciencias sociales…- e, incluso, desarrollar un proyecto de viabilidad y de marketing para ponerlo en el mercado. Así, los chicos y chicas de Artxandape se han convertido en matemáticos, ingenieros, historiadores, economistas, publicistas…
“Son proyectos interdisplinares, abarcan desde matemáticas a inglés, y desarrollan al máximo el potencial del alumnado de manera práctica, y lo hacen muy motivados”, sostiene Amaia Landajo, profesora del equipo de la ikastola Artxandape.
La concentración de los chicos y chicas, mantiene la docente, es completa en cada una de las materias, “porque enfocan la asignatura, saben que pueden encontrarle utilidad a lo que están aprendiendo en clase”.
El trabajo en equipo que desarrolla el alumnado, la innovación metodológica, además de la ciencia y la tecnología que lleva aparejado este proyecto educativo también han contribuido a que la ikastola bilbaína sea premio vasco de innovación.
El profesorado, por su parte, deja de ser el tradicional docente y se convierte en entrenador, en ‘coaching’ de los diferentes equipos. “Necesitamos alumnos y alumnas mejor preparadas, un perfil que ha cambiado con los años, y, por ello, también ha tenido que cambiar el profesorado”, explica Landajo.