El pasado viernes, se llevó a cabo la XVIII edición del Premio Marcelo Gangoiti que reconoce a las empresas o personas que apuestan por generar riqueza en Bizkaia, bien a través de inversiones, creación de empleo, apostando por la innovación o cuidando el medio ambiente. En esta ocasión la empresa galardonada por el centro diocesano de Formación Somorrostro ha sido Tamoin, un grupo industrial especializado en ofrecer servicios y prestar soluciones integradas al sector industrial.
Como en ocasiones anteriores toda la comunidad del centro de Formación Somorrostro se volcó de lleno en la organización de uno de los eventos más significativos de la Zona Minera y Margen Izquierda. El acto de ayer contó con la presencia del lehendakari quien alabó la gran labor que está realizando el centro y mostró su deseo de que siga siendo ejemplo para reforzar «a lo que estamos», el compromiso por la juventud y por la educación de calidad.
El consejero delegado de la empresa galardonada, Antonio Barrenechea, mostró su alegría por el premio que hizo extensible a todos los trabajadores de la empresa y resaltó el «recurso natural fósil» más importante que tiene Euskadi: las personas. Destacó que ese es el valor principal de Euskadi porque son las que inyectan iniciativa, ilusión y sentido común al trabajo que realizan.
El harri-jasotzaile, actor y escritor Iñaki Perurena fue el artista invitado a la sesión quien con sus pensamientos llenos de sentido y humor hizo las delicias de los presentes. Perurena mostró sus habilidades comunicativas en más de una ocasión respondiendo a las preguntas de la periodista Ana Aizpiri como cuando le preguntó si se desnudaría por exigencias del guión y respondió diciendo que lo importante en un actor es desnudar el alma. Mostró su gran humanidad, su amor a las piedras desde pequeño. Remarcó, en más de una ocasión, que lo importante para realizar cualquier proyecto es la ilusión, pero también el trabajo porque sin esfuerzo no hay recompensa.
Ángel Mari Unzueta resumió en su intervención el sentido del premio que muestra, como el mismo Marcelo Gangoiti hubiera querido, la importacia de la formación integral. Recogiendo el simil del levantador de piedras se refirió a la fuerza, la habilidad y a la protección para poder desarrollar cualquier proyecto pero agregó además «el corazón y la pasión».