La Educación Infantil, ante el reto de enseñar inglés del modo más natural posible

Centros Diocesanos desarrolla metodologías que inciden en el inglés hablado a edades tempranas

BILBAO, 8 de junio de 2017. Aprender inglés desde edades tempranas, sin ningún tipo de duda, se ha convertido en una de las claves de la educación actual. También en uno de los retos. El aprendizaje de la lengua inglesa, en la actualidad, debe incidir en un aprendizaje amable, que profundice en la oralidad, en la lengua hablada, para que, pasados unos años, se introduzcan sin problema en la gramática. El objetivo, así, es el de que los alumnos de 2, 3, 4 o 5 años se introduzcan en el idioma con naturalidad y hagan suyo el inglés como lo hacen del euskera y el castellano.

Por ello, los pedagogos de Elizbarrutiko Ikastetxeak – Centros Diocesanos trabajan en la introducción y puesta en práctica de metodologías que se adapten a las necesidades actuales. Una de ellas es el método Jolly Phonics, que trabaja la lectura y la escritura tal y como hacen los niños Reino Unido. Es un método que resulta muy divertido para trabajar las letras y sus sonidos en inglés, tanto para los profesores como para los niños. Así lo aplican centros diocesanos como las bilbaínas Iparragirre Ikastola o Artxandape Ikastola que, incluso, cuentan con profesores nativos para ello.

Los métodos actuales que aplican los diferentes centros diocesanos en Educación Primaria, en todo caso, inciden necesariamente en los sonidos, en los acentos, para que los niños empiecen a hablar inglés. San Fidel ikastola de Gernika, por ejemplo, es pionera también en la introducción de un método que hace que los alumnos, con tan solo 6 años, puedan expresarse en el idioma inglés.

 

La metodología es similar en cualquiera de los centros. Begoñazpi Ikastola de Bilbao, Sagrado Corazón de Bermeo, San Felix Ikastetxea de Ortuella… aportan iniciativas que inciden en que los niños hablen, canten, se expresen entre ellos. Los alumnos de Educación Infantil afrontarán, así, su paso a Educación Primaria sin tener la “asignatura pendiente” de la educación clásica: la pronunciación y la naturalidad al hablar. 

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