La Teoría de las inteligencias múltiples reconoce que las personas son diferentes y tienen diversas maneras de aprender
La inteligencia se define como “la capacidad de solucionar problemas o elaborar bienes valiosos”. Tradicionalmente se ha entendido que inteligente es el entendido en, por ejemplo, literatura, cultura, ciencia y/o tecnología. Pero desde hace más de una década los Centros Diocesanos empiezan a comprender que la inteligencia abarca mucho más y empiezan a trabajar las diferentes inteligencias de los alumnos basándose en la Teoría de las inteligencias múltiples. Algunos estudiantes aprenden los conceptos con rapidez y otros necesitan más tiempo o repetición. Por ello los docentes de Centros Diocesanos tratan de reforzar las experiencias que tienen los alumnos y los preparan, con experiencias nuevas y únicas, para que estén listos para la vida real.
Desarrollada por el psicólogo estadounidense Howard Gardner, la Teoría de las inteligencias múltiples defiende que la vida humana requiere del desarrollo de varios tipos de inteligencia frente a la inteligencia única con la que se ha trabajado en los centros escolares tradicionalmente. Los alumnos poseen talentos, habilidades, experiencias e intereses variados. Dicha teoría afirma, por ejemplo, que Stephen Hawking no posee una mayor inteligencia que Leo Messi, sino que cada uno de ellos ha desarrollado un tipo de inteligencia diferente. Pero, ¿cuáles son estas famosas inteligencias?
El esquema se separa principalmente en 8 tipos de inteligencia; la linguistica, la lógico- matemática, la espacial, la musical, la corporal y cinestésica, la intrapersonal, la interpersonal, y la naturalista. Dichas inteligencias se pueden trabajar y desarrollar independientemente utilizando diferentes herramientas como por ejemplo, escribir cuentos, resolver problemas de lógica, hacer figuras con materiales plásticos, cantar, bailar, plantearse lo que uno mismo está sintiendo, trabajar la empatía o interactuar adecuadamente con los elementos.
Cada una de ellas representa de algún modo las diferentes situaciones que la persona deberá afrontar a lo largo de su vida. Es básico que los centros educativos desarrollen planes de acción que contemplen fomentar todas y cada una de las inteligencias. Para ello los Centros Diocesanos trabajan a diario las diferentes herramientas que posibilitan, generalmente de una manera interesante y divertida, que el niño mejore y evolucione de manera global.