En Iparragirre Ikastola, los niños y las niñas de dos años ven, tocan, saborean, huelen, oyen…. Aprenden a través de los sentidos. Es el enfoque Snoezelen, un marco pedagógico que busca la estimulación multisensorial para experimentar, crear e imaginar y, así, enriquecer su pensamiento y educación.
La ikastola de la red EBI, ubicada en el centro de Bilbao, ha introducido este rompedor modelo pedagógico para potenciar el aprendizaje en una edad crucial, los dos añitos, en la que empiezan a percibir el mundo que nos rodea, y, ayudar, además, a los niños y niñas con necesidades especiales.
La ikastola parte de proyectos transversales, trimestrales y sustentados en las estaciones del año, que les llevarán del aula a la experimentación para comprobar lo aprendido de manera vivencial. Así, en grupos reducidos, de tan solo cinco niños por sesión, experimentan, manipulan… ya en una atmósfera de bienestar y relajación.
Es la sala multisensorial -la sala Snozelen- que da continuidad a los proyectos iniciados en las aulas. Pregunta ¿Qué beneficios? En la sala Snozelen, por donde pasarán todos los pequeños cada doce días, se trabajan los diferentes sentidos para impulsar el despertar sensorial de los y las txikis a través de las estaciones del año. Para ello, se marcarán rutinas que les hagan comprender qué va a suceder y se irán introduciendo diferentes estímulos, de menos a más.
De señales visuales y auditivas, como los árboles y el caer de las hojas, a la manipulación y experimentación con las hojas secas, las piñas, los palos… para llegar a la relajación y el bienestar, un proceso que les acercará a una realidad –ahora el otoño- que puedan comprender. Y las andereños, aquí, se convierten en instructoras, guías de los y las pequeñas, ahora, verdaderamente protagonistas de su aprendizaje.