En una ocasión anterior recordábamos cuáles eran los objetivos principales de todo tipo de itinerarios educativos: aprender a ser, formar convivencia, tomar conciencia de los conocimientos, aprender a actuar y a transformarse.
Hago públicas las palabras de una mujer que ha reflexionado firmemente sobre filosofía y educación:
«La educación es el punto que decidimos
si amamos el mundo, tanto como para asumir la responsabilidad con el mundo.
y salvarse así de la ruina, pues si no fuera por la renovación,
si no fuera por la llegada de nuevos y jóvenes, sería inevitable.
También a través de la educación,
si queremos bastante a nuestros hijos
para no arrojarnos de nuestro mundo y librarnos de él
a sus recursos,
ni quitarle de las manos la posibilidad de emprender otra cosa,
algo que nosotros no imaginamos,
preparar con tiempo para renovar un mundo común»
Hannah Arendt.
Resumiendo, este sería el tronco central del Proyecto Educativo de la red EBI: chicos y chicas que sean capaces de generar convivencia en la sociedad. Un proyecto educativo que, con la entrada en vigor de los valores surgidos de la base del cristianismo, se añade en beneficio de la sociedad.
Dentro de un proyecto educativo principal, hay que organizarlos: ¿qué ramificaciones debemos trazar en el proyecto Bihotzondoz eraturik?
El primer nivel de desarrollo del proyecto va detrás de un objetivo básico e imprescindible: aprender a mirar y analizar la realidad. Aunque parece que tenemos herramientas con suficiente conocimiento, desde qué valores y atalayas de mirada hacemos la imagen, no es la misma. Por eso, hemos titulado ‘Comunidades educativas con corazón’, porque el conocimiento y los valores de la compasión, y la búsqueda de la equidad y la igualdad de oportunidades, mantienen nuestra mirada. A este nivel lo llamaremos SENSIBILIZACIÓN.
En caso de aumentar el nivel de implicación, el paso a la ACCIÓN sería un escalón superior. El objetivo es conocerlo a través de la experiencia. El contacto con las personas, las realidades y las situaciones de vulnerabilidad abren una nueva puerta para integrar la mirada hacia la realidad.
Y el tercer nivel sería REFLEXIONAR PARA VALORAR: pasar por el corazón, por el yo integral que soy, para hacer suya la situación humana que he conocido; este paso está guiado para nosotros por los valores que el proyecto de Jesús nos propone, el amor personal y político de un Dios, que sueña e impulsa la construcción de una sociedad humanizada y humanizadora.
En acción, un respeto creativo a las personas y a la sociedad, cómo debe ser la intervención de cada uno en la consolidación de la vida social.
El recorrido de este proyecto lo llevamos a cabo conjuntamente con Cáritas Bizkaia. Hasta ahora se ha desarrollado dando respuesta a las demandas de cada centro. Tenemos otro paso que dar para avanzar: el reto es incluirlo dentro de los proyectos educativos del día a día.
Queremos invitar a las familias de los centros de la red a ser impulsoras y partícipes de este enfoque.