5 ventajas de los intercambios escolares

La red EBI (Elizbarrutiko Ikastetxeak – Centros Diocesanos) se empapa de Europa. El proyecto educativo de colegios e ikastolas no descuida los beneficios de los intercambios de estudiantes, siempre centrados en mostrar a alumnos unos objetivos claros. Un intercambio de culturas, de idiomas, de convivencia, trabajo en equipo… que, sin duda, amplia la visión del mundo por parte de los alumnos.

Holanda, Bretaña, Bélgica, Italia, Chequia, Alemania… son algunos de los muchos destinos en los que recalan los estudiantes. Son, también, los lugares de procedencia de los compañeros/as que luego conocerán Euskal Herria de la mano de los estudiantes vascos. Cinco ventajas o beneficios del intercambio de alumnos.

Madurez. Salir de casa supone madurar, potencia la autonomía y la toma de decisiones, sin la presencia directa de la madre o del padre.  En la adolescencia, una salida como un intercambio europeo implica un pequeño gran reto, una responsabilidad para el alumno/a que, sin duda, va aprovechar. Viajar es una experiencia muy buena para aprender. Los estudiantes desarrollan múltiples habilidades como manejar la economía o improvisar ante lo desconocido para resolver problemas y hacerse entender en un país y en una familia que no es la suya.

Convivencia. Aunque la convivencia se cultiva día a día en los colegios e ikastolas, salir significa convivir en mayor grado. Minuto a minuto. Y no solo con los compañeros habituales; también con jóvenes que nada tiene que ver con ellos, con culturas diferentes, en idiomas diferentes. Se aprende a relacionarse y ser más tolerante y receptivo con los demás. Se generan nuevos vínculos con personas de culturas y formas de vivir distintas a las propias del entorno familiar y cultural. Y eso enriquece mucho la manera de pensar.

Cultura, idiomas…Salir significa aprender. El inglés, como idioma principal para desenvolverse, empieza a ser útil, y se convierte en una práctica continua fuera del aula. Además, sentir y palpar in situ aquellos lugares conocidos solo por los libros es una sensación diferente. Un aprendizaje que difícil se va olvidar.

Implicación. El alumno/a se ve inmerso en un proyecto que va más allá de su propio aprendizaje. El intercambio escolar forma parte de un proyecto participado por sus compañeros y compañeras del centro, y también por el alumnado de centros de otros países. Todo ello lo asumen los estudiantes, que se convierte en protagonistas de su aprendizaje y del de sus compañeros y compañeras, tanto los de su propio centro como los de fuera.

Trabajo en equipo. La salida a otro país implica una colaboración permanente. Todas las actividades y proyectos que se trabajan se realizan en común. En otro país, hay tiempo para aprender historia, cultura y divertirse. Pero, sea lo que sea, los estudiantes deben trabajar en equipo para desarrollar proyectos en común. Y de manera continua. Este tipo de salidas brinda la oportunidad de establecer contactos con personas de toda procedencia cultural y social, lo que puede resultar muy útil en el futuro personal y profesional de nuestros estudiantes.

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